Por un largo tiempo se pensó que cuando se generaba una vacante, lo primordial era ir en la búsqueda de una persona que cumpliera con los requisitos para el cargo en cuestión, seleccionarlo según los criterios acordados de la manera más rápida posible y se concluía “exitosamente” el proceso de selección.
Hace unos años se dejó de hablar de Reclutamiento o Selección y ahora adoptamos el término Talent Acquisition, ya que este proceso cobra una mayor relevancia, con una mirada más estratégica y pensada a largo plazo.
Aquí no solo consideramos el cargo en sí, sino qué tipo de talento necesitamos tener en nuestra compañía. Un talento que se pueda desarrollar con nosotros y que estratégicamente se complemente con los demás talentos (es super importante tomar en consideración la diversidad, ya que enriquece el tener distintas miradas).
No es un proceso que culmina con la firma de la carta de oferta, incluye además el onboarding y pensar en el ciclo de vida del futuro colaborador/a dentro de la organización.
Para tener una estrategia de TA exitosa, es relevante dar a conocer la empresa y su cultura, así el talento puede demostrar interés en formar parte de la compañía.
A su vez, es necesario que esta cultura se “viva” desde el inicio del proceso, dándole la oportunidad de tener la experiencia de nuestra organización y si siente que puede formar parte de ella.